Esta tarde hemos podido disfrutar de una charla interactiva con nuestros expertos sobre las evaluaciones internaciones.
Por todos es sabido la trascendencia mediática que tienen, en especial, las pruebas PISA. Muchos pensamos que deberían tener implicaciones y generar cambios en el sistema educativo. Personalmente destacaría un elemento que se ha ido repitiendo en varias preguntas y respuestas.
En primer lugar, ha quedado claro por nuestros expertos, que PISA evalúa competencias y no contenidos curriculares. En ese sentido no parece que nuestros alumnos tengan el enfoque adecuado en su día a día en el aula, para superar con éxito las tareas que se plantean en estas evaluaciones.
Por lo tanto, creo que es aquí donde radica la cuestión de fondo. El enfoque competencial parece ser el camino más adecuado para desarrollar unos aprendizajes que les permitan enfrentarse a la realidad cuotidiana.
La incorporación de este tipo de pruebas en nuestros centros puede iniciar un cambio en el enfoque metodológico introduciendo un trabajo más práctico y contextualizado. Evidentemente, los centros deberían en una primera fase, familiarizar a sus alumnos con este tipo de pruebas, pero no para preparar o entrenarlos para las evaluaciones, sino con el convencimiento que este modelo puede generar un cambio tan positivo como necesario.
En la charla, se ha citado el ejemplo de Polonia, que tras unos malos resultados en el año 2006, inició un cambio importante en los currículos escolares desarrollando las competencias básicas y probablemente, minizando la estructura clásica de áreas de conocimiento y contenidos.
Así que tras la nueva ley orgánica, LOMCE, los nuevos currículos de educación primaria no parecen introducir ningún cambio significativo en esa línea. El desarrollo de las competencias y su impacto en la realidad del aula no se desprenden demasiado de los nuevos decretos. Sería necesario realizar una reforma profunda de nuestros currículos y plantear un auténtico desarrollo de las competencias básicas en cada etapa educativa.
El desarrollo del proceso de evaluación debería ser uno de los pilares de una futurible reforma curricular, porque la evaluación, tal vez sea el camino más rápido para acelerar el cambio metodológico.
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